Rafaga de minigun desde un blackhawk para cubrir el descenso de soldados

¿Qué es una GAU 19/A
Estamos hablando de un sistema de armas.

Se lo identifica con la sigla GAU-19/A Gatling Gun. La "A" está indicando que se trata de la primera modificación del modelo original que se llamaba GAU-19 a secas. Esto a su vez indica que es un arma que ha sido sometida por lo menos a un proceso completo de perfeccionamiento de suficiente entidad como para necesitar que se diferencie del modelo anterior. Es decir que es un arma a la cual se la ha mejorado = cada vez menos deficiencias.



Es una ametralladora multitubo. En este caso son tres tubos calibre 12,7 mm. o .50 ("punto cincuenta" como se las llama popularmente en los EE.UU. y algunos países de América Latina ) indicando que tiene un calibre de media pulgada (12,7 mm.). Funcionan sobre la base del principio inventado en su momento allá por 1862 (en plena Guerra de Secesión de los EE.UU. - 1861-65) por Richard Jordan Gatling de un arma que es capaz de hacer una gran cantidad de disparos mediante el uso de un sistema tipo revólver que originalmente era impulsado a manivela y ahora lo hace un motor eléctrico, lo que significa mayor cantidad de revoluciones (vueltas) y obviamente disparos por minuto. De allí su denominación actual de Gatling Gun (Arma Gatling). Es una ametralladora de muy elevada cadencia de fuego por todo lo antes descrito y cada GAU 19/A puede disparar hasta 1.300 disparos por minuto a cadencia máxima (es decir algo más de cuatrocientos disparos por cada tubo). Su alcance máximo eficaz es de 1.500 metros puesto que esa es la distancia a la cual se vé el trazo luminoso de su munición de ese tipo. Pueden ser montadas sobre aeronaves de distinto tipo o vehículos



Esta es un arma muy moderna y como tal dispone de una gran variedad de tipos de munición, según sea la naturaleza de los blancos sobre los cuales se la va a utilizar. Ellos son:

· Tiro con bala Común M-1 (es el modelo original aparecido en los años "20")
· Tiro con bala Perforante Incendiaria (API = Armor Piercing Incendiary) M-8
· Tiro con bala Trazante Luminosa (T = Tracer) M-17
· Tiro con bala Perforante Incendiaria Trazante Luminosa (APIT = Amor Piercing Incendiary Tracer) M-20 (trazo luminoso visible hasta 1.500 metros)
· Tiro con bala Común M-33
· Tiro con bala Sabot Penetrador de Blindaje Ligero (SLAP = Saboted Light Armor Penetrator) M-903
· Tiro con bala Sabot Penetrador de Blindaje Trazante Luminosa (SLAP – Tracer) M-962 (trazo luminoso visible hasta 1.500 metros)

Los tipos más modernos son los M-903 y M-962 desarrollados a requerimiento de la Infantería de Marina de los EE.UU. a fines de los "80" y puestos en servicio por vez primera durante la Operación "Tormenta del Desierto" en 1990.



Pueden perforar, merced al nucleo de tungsteno del Sabot (proyectil subcalibrado) hasta ¾ de pulgada (19 mm. de acero de blindaje tipo HHA que es el más moderno existente). La balas SLAP y/o SLAP-T desarrollan una velocidad inicial de 1.200 metros por segundo, lo cual unido a su proyectil subcalibrado (calibre 7,62 mm.) de tungsteno explican su capacidad de penetrar hasta 19 mm. de acero de blindaje tipo HHA. El costo unitario es de U$S 7,50 (siete dólares con cincuenta centavos) para el modelo M-903.


GAU 19/A para la Policía Nacional Colombiana (PNC)
Los helicópteros de la PNC enfrentan de manera creciente el problema de fuego antiaéreo con armas automáticas desde tierra que producen la pérdida de aeronaves, como el de un helicóptero policial UH-1H "Huey" II derribado por las FARC el 11 de Julio de 2000 (ver www.ciponline.org/colombia/aid/071203.htm o también en http://thomas.loc.gov/cgi-bin/query/z?r106:H12JY0-403: )(citada a partir de este momento como cfr. Congreso de los EE.UU., 12 Jul 2000). Las armas que ha venido utilizando hasta ahora la guerrilla colombiana son de calibre 7,62 mm. y la munición trazadora de este tipo tiene una trayectoria visible a simple vista de entre 800 y 900 metros (más allá sed agota el material trazador y desaparece el efecto luminoso) y un alcance máximo eficaz en tiro contra aeronaves de hasta 400 metros.

Cuando se comparan los 400/500 metros de las armas calibre 7,62 mm. contra los 1.500 metros de las GAU 19/A calibre 12,7 mm. está clarísimo que estas últimas colocan a sus usuarios en una ventajosa situación ya que pueden batir sus blancos sin correr el riesgo de ser alcanzados por los disparos hostiles. Si a ello se agrega el considerable volumen de fuego que es capaz de colocar sobre un determinad9 blanco con una sola GAU 19/A está igualmente claro que es un arma ideal para neutralizar la zona sobre la cual se la emplea.

Ante la amenaza creciente que planteaba el fuego terrestre de las guerrillas, en el Congreso de los EE.UU. se logró la donación de cuatro de estos sistemas con destino los seis helicópteros UH´60 "Black Hawk" donados también por el Congreso a la PNC en el año 1999 (a un costo de casi U$S 100 millones para los seis). Allá fueron 4 GAU 19/A a tal fin, las que fueron montadas en 4 de los 6 helicópteros UH-60 de la PNC.

 
 
Aquí apareció el primer obstáculo. Cuando se produce la asignación de fondos para el proyecto por parte del Congreso, no se autorizó dinero alguno para otra cosa que no fuese comprar las armas. No había fondos para que viniesen los expertos de la fábrica de origen (nada menos que General Dynamics) ni a montar los sistemas ni para dar los cursos de adiestramiento iniciales para los futuros sirvientes de las piezas ni los mecánicos armeros que deberían mantenerlas en servicio (hay que hacer, entre otras cosas, un servicio de mantenimiento cada 15.000 disparos) ni stocks de repuestos ni herramientas de armeros en exceso del kit elemental que integra el equipamiento básico que conforma cada sistema de arma para su venta. Dicho en lenguaje de ventas de automóviles: estas cuatro GAU 19/A que fueron donadas a la PNC no trajeron ninguno de los "opcionales" que encarecen los costos iniciales pero se recomiendan para que algo funcione bien.

Las armas llegaron a Colombia y fueron montadas por personal técnico de la PNC que debe haber hecho, sin duda, lo mejor que pudieron para instalar estos sistemas, con las herramientas que tenían y a partir de allí debieron aprender "sobre la marcha", todo lo concerniente a estas novísimas ametralladoras. Y en tal sentido vale la pena enfatizar que los sistemas de armas modernos tienden a ser "non user friendly" y requieren invertir Tiempo (adecuado) y Dinero (bastante) en adiestramiento.

La historia de la munición tuvo similitudes. Y es pertinente comentarla siquiera muy suscintamente y tal como surge de lo que se describe con mucho mayor detalle en la sesión del Congreso de los EE.UU. ya citada (cfr. Congreso de los EE.UU., 12 Jul 2000) . El Departamento de Estado de los EE.UU. gastó aproximadamente U$S 10 millones (diez millones de dólares) en la compra de munición para estas armas. Inicialmente fueron dos millones de tiros, que – siempre de acuerdo a lo que dice el Congreso de los EE.UU - habían sido fabricadas en 1952. Para complicar las cosas un poco más, según lo describen los Representatives (diputados) Dan Burton (Republicano – Indiana) y Benjamin Gilman (Reublicano – New York) el Departamento de Estado adquirió otros cinco millones de tiros calibre 12,7 mm. del mismo modelo y antigüedad de fabricación (completando el gasto de casi diez millones de dólares). Todo ello pese a que General Dynamics había advertido como fabricante de las armas que debe emplearse munición que no haya sido producida más allá de 1983 si se desea garantizar un funcionamiento optimizado y no poner en riesgo el arma.

El Departamento de Estado ha insistido en que las GAU 19/A pueden operar a una cadencia de fuego inferior con la munición vieja y General Dynamics lo ha advertido de que no es conveniente la munición vieja.

La realidad no tardó demasiado en hacer oír su voz. Y comenzaron a llegar quejas respecto a que las armas no funcionaban bien. Y aparecieron versiones periodísticas relativos a que las armas eran demasiado pesadas y desequilibraban los helicópteros según se las instalase en la trompa o en uno de los costados como ametralladora de puerta. Y comenzaron a tener problemas de funcionamiento porque el mantenimiento no era el adecuado, ni tampoco había herramientas apropiadas, ni los mecánicos armeros estaban preparados para enfrentar los problemas que surgían. Y entonces se comenzó a decir que estas armas no sirven para resolver los problemas para los cuales se las había enviado a Colombia.

Todo ello mientras en la Fuerza Aérea Colombiana se utilizaban varias decenas de estos sistemas (a bordo de sus aviones "Fantasma", los AC-47 cada uno de los cuales lleva 3 GAU 19/A y donde han funcionado sin mayores problemas, fuera de los habituales en cualquier arma de este tipo. Y donde cuando llegaron fueron montadas por expertos, se preparó a sirvientes de pieza y mecánicos armeros, se compraron repuestos, se compró la munición adecuada, etc.

Todo ello mientras se discute el equipamiento que deberán montar los 60 helicópteros (18 UH-60 y 42 "Huey" II) que van a adquirirse con fondos del paquete presupuestario destinado al Plan Colombia. De allí que no pueda ni imaginarse siquiera que hay nada de inocente en discutir las virtudes y limitaciones de un determinado sistema de armas.


Las "nuevas – viejas" lecciones de este caso
Esto que acabamos de describir brevemente no es nada novedoso. Cosas de estas han ocurrido siempre. siguen sucediendo y sucederán en el futuro. Se originan siempre en las mismas decisiones equivocadas.

Para ejemplificar en qué tipo de actitud se origina esto, vale la pena recordar un hecho histórico en el cual vamos a omitir simplemente el país en cuestión para no herir susceptibilidades.

A poco de haber concluído la IIda Guerra Mundial, un país del Medio Oriente contrató a un reputado general alemán y un equipo de expertos de igual nacionalidad, profundos conocedores de las operaciones blindadas para que los asesorase en el ejército del nuevo país. El propio primer mandatario les pidió que hicieran los planes y presupuesto estimativo para la creación de una fuerza blindada que debía tener la magnitud de una brigada. En corto tiempo, ya que se trataba de algo que todos ellos dominaban muy profundamente, los expertos alemanes vinieron con su plan y propuesta y el general lo expuso al primer mandatario. Incluía la asignación de personal para ello, el tipo de instalaciones donde debían estar hombres y equipo, los tanques que había que comprar, la munición para instrucción y eventualmente operaciones y los talleres fijos y móviles que debían existir. Cuando llegó al punto de las preguntas, el mandatario le dijo: "¡¡Todo eso es muy caro!! ¿Para qué tanta munición para adiestrarse? ¿Para qué los talleres fijos y móviles?". El consultor (porque eso era el general alemán) algo sorprendido dijo: "Pero eso es imprescindible si se desea que puedan operar eficientemente". El mandatario le respondió cerrando la conversación: "Todo eso es muy caro. Yo sólo los quería para que desfilasen por el boulevard en el Día de la Independencia".

Un sistema de armas es algo más que un conjunto de mecanismos que pueden cumplir determinada función técnica. Para que todo eso funcione en combate, que para eso se compra un arma y no para otra cosa, hay una serie de pasos de los cuales no puede omitirse ni uno solo sin sufrir las consecuencias. Esas consecuencias, en tiempo de paz normalmente son ocultadas de una u otra forma, pero cuando se debe operar contra un enemigo real, entonces todo queda al desnudo en un tiempo muy corto porque nada hay tan despiadado como la realidad de la acción. Las mentiras de tiempo de paz no resisten más allá del primer día de combate real y efectivo.

Esos pasos a seguir son:

· Traer a los expertos del fabricante para que lo instale y ponga a punto.
· Que esos expertos de "la fábrica" dicten cursos de adiestramiento inicial para formar los propios especialistas, tanto en la operación táctica del sistema como para su mantenimiento en servicio y reparación eventual.
· Comprar herramientas y equipos adecuados para el mantenimiento y reparación.
· Comprar la munición suficiente y adecuada tanto en lo que a tipo y calidad se refiere como a las cantidades que permitan adiestrar eficientemente al personal y emplear el sistema de armas tácticamente.
· Instrumentar un sistema de capacitación anual adicional para que sucesivamente se vayan formando otros operadores del sistema de armas y quienes se ocupen de su mantenimiento y reparación.
· Todo eso es caro, pero permite hacer algo más que darle lucimiento al desfile del Día de la Independencia.



Lo sucedido con las GAU 19/A es tan viejo como el mundo. Consultando para escribir esta nota con un consultor estadounidense, profundo conocedor de Washington, además de reir y no poco por la sucesión de yerros, comentaba que nada ha cambiado excepto las caras de quienes cometen los errores. Desde América del Sur puede decirse otro tanto.


La Guerra Civil Colombiana
Entre uno de los puntos importantes en discusión por estos días es si lo que vive Colombia califica o no para ser llamado Guerra Civil y se han escuchado algunas voces que afirman lo contrario.

Los despliegues de miles y miles de hombres de las Fuerzas Armadas de los vecinos, las aeronaves de vigilancia y reconocimiento electrónico que EE.UU. utiliza sobre la zona en conflicto, el espacio geográfico bajo control de las FARC ... podría seguirse pero a título de muestra es suficiente, hablan por sí solos de una guerra civil en desarrollo. Con las particularidades que tiene el caso colombiano.

Pero para agregar un argumento más: lo de la necesidad de equipar a la PNC con armas como las GAU 19/A habla mucho más a las claras y con el sencillo lenguaje de los hechos, sobre la realidad de una guerra civil. Porque suponer que es algo normal y corriente e inherente a tiempos de paz. tener una fuerza policial con armas de este tipo, para enfrentar problemas de seguridad pública, es como decir que es normal que un ama de casa utilice un fusil de asalto para matar una mosca en la cocina de su hogar.

Ciertamente lo que sucede en Colombia es algo de enorme complejidad que exige no solo a ese país, sino a todo el resto de sus vecinos y A. Del Sur, observar cuidadosamente lo que acontece durante el desarrollo de esos hechos y obrar en consecuencia.